
Esta semana durante el programa de radio que conduzco por las noches, tuve la oportunidad de conversar con una mujer llamada Olga, que me contó como “el problema de la economía de Estados Unidos está matando la relación con mi marido”. Ella me explicó que ambos trabajan tiempo completo, pero ella gana más dinero que él y por lo tanto cubre la mayor parte de los gastos de la casa.
Olga me cuenta que la subida de los precios de la gasolina y la comida, ha hecho que las peleas sean más frecuentes entre ellos, porque el dinero cada vez les alcanza menos para vivir y mantener una familia de 4 personas. Me explica que su marido ha intentado encontrar un trabajo que pague más dinero “por todos los medios”, pero las condiciones económicas de este momento no se lo han permitido.
Sin embargo hubo dos preguntas que le hice a Olga cuyas respuestas le dieron un giro interesante a esta historia: “¿Desde hace cuánto tiempo le estás insistiendo en que consiga un mejor trabajo?” “Tres años”, fue su respuesta. “¿Cuántas horas por semana trabaja tu marido?” “Cuarenta… es decir, ocho al día de lunes a viernes”.
Fue en ese momento en el que me di cuenta que Olga estaba dándole el nombre equivocado a su problema, pretendiendo llamarlo “la economía”, mientras, en mi opinión, se llamaba “falta de voluntad de su esposo”. La crisis económica en Estados Unidos y el mundo lleva meses transcurriendo pero no 3 años, además este hombre no había hecho ni siquiera el intento de obtener mayor preparación profesional para conseguir un trabajo mejor en todo este tiempo.
Por otro lado, en épocas de dificultad a veces es necesario tomar medidas de emergencia. Si tienes un trabajo que te paga 12 dólares la hora y lo haces desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde, ¿no podrías conseguir uno temporal desde las 6 hasta las 9 de la noche por unos meses, mientras aparece algo mejor a tiempo completo?
Si tomaras un trabajo así, que pague por ejemplo 8 dólares la hora, estarías generando un ingreso adicional de casi 500 dólares al mes. Es como recibir un aumento de más de $6,000 al año, sin tener que suplicárselo a tu jefe. Otra opción es hacer estas horas adicionales durante el fin de semana. También puedes aprender más sobre las miles de opciones que hoy en día existen para hacer negocios desde tu propia casa con un mínimo o nada de inversión.
Debido a la gran cantidad de llamadas que recibo en mi programa con respecto a problemas de relaciones de pareja, muchas personas tienen la impresión de que soy un experto en el tema, pero no es así. Nada más lejos de la realidad. Simplemente trato de actuar como una especie de espejo donde cada quien pueda verse y encontrar su propia respuesta a través de nuestra conversación. Esto fue exactamente lo que ocurrió con Olga, quien estuvo de acuerdo con algo que yo siempre he pensado: El exceso o la falta de dinero funcionan como un lente de aumento para los problemas que ya existen entre las personas. En otras palabras, situaciones como ésta no traen problemas nuevos sino que “agrandan” problemas que ya existen pero que aguardaban, como un monstruo dormido, a que algo los despertara.
Por eso hoy te sugiero y te invito a que intentes dos cosas: comenzar a llamar a los problemas por su verdadero nombre y aprovechar las situaciones difíciles como un llamado de atención para arreglar las cosas que están bajo tu control (por ejemplo, en el caso de Olga, la falta de iniciativa de su esposo). De esta manera, las cosas que no controlas – como por ejemplo las condiciones económicas del país – te serán mucho más leves y las podrás superar con más fuerza y en unión de la gente que quieres.