
En un día cualquiera me levanto, desayuno, adelanto algunas cosas en mi casa y salgo a trabajar. Paso el día en mis actividades y tarde en la noche vuelvo a mi hogar. Para ese momento habré hablado con amigos y familiares – A lo mejor algún plan se habrá “cuadrado” para el fin de semana. Al final del día comparto con las personas especiales de mi vida y llega el momento de descansar.
Hoy conocí a una madre cuya rutina alguna vez era parecida a la mía. Sin embargo, un día su niño de 5 años comenzó a quejarse de dolores, su comportamiento cambió y la consulta con el médico reveló que tenía un tumor canceroso. La primera vez que le removieron el tumor, solo sacaron una parte. Ya lleva 3 operaciones. Hoy la familia – niño, madre y abuela – está feliz porque se termina el ciclo de radioterapia. Un mes completo de descanso le espera, hasta que llegue la quimioterapia.
¿Y qué pasó con la rutina que esta joven madre tenía y que tanto podía parecerse a la tuya o a la mía? Pues “se fue a juste”, como dirían en su tierra natal de Puerto Rico. Ellos tuvieron que viajar a un sitio lejano, donde tendrán que permanecer por varios meses, separados de la hermanita – quien tuvo que quedarse con el padre, ya divorciado de la mamá – y dejar todo atrás por buscar la salud del niño.
Estoy en Memphis, Tennessee, la ciudad desde la cual el Hospital St. Jude atiende cada año a miles de niños con enfermedades catastróficas, mientras investigan nuevas curas. Es un sitio donde la tristeza se aplaca como por arte de magia, mientras se desarrollan tratamientos que se comparten con hospitales del mundo entero. Es un lugar donde cada dosis de quimioterapia se hace más leve al estar rodeado de juguetes y donde a ninguna familia se le niega tratamiento, sin importar de dónde vengan o cuánto dinero tengan.
Si tu rutina se parece a la mía, vamos a darle juntos las gracias a Dios por esta “vida rutinaria” y pidámosle que nunca nos cambie como a esta joven madre. Y si nos cambia porque Él quiere que pasemos por una prueba así, démosle gracias porque existe el Hospital St. Jude. Pero como las “gracias” que se quedan en palabras se las lleva el viento, demostremos verdadero agradecimiento haciendo una donación durante el Radiomaratón que estaremos haciendo todos en Univision Radio este 5 y 6 de febrero. Cuento contigo.