
El mundo entero se ha alarmado ante las noticias relacionadas con la gripe porcina, que los expertos conocen como “Influenza A H1N1”. Con más de 500 casos en México, más de 200 en Estados Unidos y reportes diarios de nuevos casos alrededor del mundo, todos queremos mantenernos lejos de esta enfermedad y, por supuesto, ofrecer protección a nuestros seres queridos.
Momentos como este me recuerdan otras situaciones de peligro para la población, en las cuales hemos necesitado actuar en conjunto como familias. Por ejemplo, cada vez que llega la temporada de huracanes que afecta a ciertas zonas de Estados Unidos, así como aquel terrible 11 de septiembre del 2001, en el que este país fue víctima de ataques terroristas.
Son ocasiones en las que necesitamos acercarnos más que nunca a nuestras familias y establecer un plan de emergencia: ¿Irán o no los niños a la escuela mañana? ¿Habrá actividades en la oficina? ¿Qué cosas debemos tener en casa de forma preventiva? Estas y muchas otras preguntas se plantean en situaciones de posible emergencia.
Sin embargo, esa estrategia familiar que usamos en momentos de incertidumbre, es la misma que deberíamos usar más seguido en la vida, aún cuando no se espere ninguna catástrofe. Cuando una familia no se sienta a conversar sobre su estrategia de vida con frecuencia, corre el riesgo de que todos sus miembros vayan por la vida si un rumbo determinado y seguramente con poca preparación para defenderse de las dificultades.
Aprovecha hoy la oportunidad de hablar con tus seres queridos sobre cómo cuidarse de esta epidemia y atrévete a plantear en la mesa preguntas como éstas:
- ¿Cuáles son los objetivos a corto y a largo plazo de cada uno? Si tienes hijos pequeños las respuestas podrían sorprenderte.
- ¿Cuáles son las situaciones individuales que cada quien está viviendo, donde quisieran contar con el apoyo del resto de la familia?
- ¿Cuáles son los problemas entre ustedes que sería importante conversar, en lugar de intentar “tapar el sol con un dedo”?
- ¿Qué cosas puede hacer cada uno para juntos construir un mejor ambiente familiar, donde todos sean más felices día tras día?
Siempre tratando de encontrar lo positivo dentro de lo difícil, aprovechemos este momento de potencial emergencia, para reagruparnos y usemos esa “sentada” para garantizar un futuro más feliz y exitoso para todos. A partir de allí, pongamos una fecha para un próximo encuentro y no permitamos que solamente sean las emergencias las que garanticen momentos de comunicación y planificación familiar.
Alberto Sardiñas
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