domingo, 19 de abril de 2009

Elvis Crespo: Lección de primera clase


La escena fue probablemente insólita: Una mujer en la sección de primera clase de un avión ve entrar al conocido cantante Elvis Crespo. Se notaba afectado por el alcohol y, al ordenar un trago a los sobrecargos, se lo negaron. Mas adelante durante el vuelo, esta misma mujer ve al cantante haciendo movimientos que podrían considerarse “sospechosos” y finalmente se da cuenta de que el hombre se está masturbando bajo las cobijas. Esto es lo que alega la mujer que lo denunció.


Para nadie es un secreto que, de ser esto cierto, el cantante perdió por completo el control. Esta noticia coincide con un estudio que leí de la Universidad de Yale, el cual confirmó que el auto-control no es algo natural sino aprendido a través de la vida en sociedad y que además genera un gran desgaste en nosotros. En otras palabras, cuando nuestros ancestros vivían en la selva y cazaban para comer, probablemente nadie les decía que masturbarse en pleno bosque era incorrecto. Sin embargo, nuestra realidad es completamente distinta.

La misma falta de control que posiblemente afectó a Elvis Crespo, es la que hace que una persona pierda el control y golpee a su pareja o a sus hijos. Se trata de la misma que se ve cuando le gritamos a alguien en la calle porque casi nos choca con el auto, así como lo que ocurre cuando no aguantamos más la dieta y salimos corriendo a comernos un helado triple.

Yo quisiera hacerle las siguientes sugerencias a Elvis, que aplican también a ti y a mi, que hemos pasado mil veces por momentos en los que perdemos el control:

1- Respiremos profundo antes de actuar: ¿Estás a punto de hacer algo cuestionable? Respira, aguanta el aire en los pulmones por un momento y exhala. Allí todos tendremos 5 segundos adicionales para pensar si la decisión de masturbarnos en el avión, o pegarle a nuestros hijos, o comernos el helado triple, tiene sentido o no.

2- Pensemos en las posibles consecuencias: Todo lo que hacemos en nuestra vida tiene un nivel de riesgo, que podemos definir como la relación entre el resultado positivo que puede traer, versus las posibles consecuencias negativas que podemos sufrir. La pregunta que debemos hacernos es simple: ¿Vale la pena?

3- Pidamos disculpas: Al fin y al cabo todos somos seres humanos. Todos hemos cometido errores y, finalmente, toda persona a la que le pidamos disculpas por nuestro error, también ha cometido errores, así que alguna vez él o ella tuvo que pedir disculpas también. Disculparnos demuestra humildad, confirma que aprendimos la lección y demuestra respeto hacia las personas afectadas.

A Elvis, a ti y a mi mismo – todos pertenecientes al grupo de los que cometemos errores – nos invito a que usemos los errores cometidos para ser mejores seres humanos y ejercer mejor el auto control, en una sociedad donde esto no resulta fácil, pero es muy necesario para seguir viviendo en armonía.

Alberto Sardinas

2 comentarios:

Alfredo Calzadilla dijo...

Hola ALberto, muy bueno tu blog y las historias que compartes. Buen trabajo pana. Con lo de Elvis, la señora debería estar conforme con que el muchacho no le haya dicho: "Échate pa' acáaaaaaaaaaa" jejeje. Terrible...

Ni Una Dieta Mas dijo...

Alberto,
Me encantó tu artículo!
Nunca confíes en la fuerza de voluntad (autocontrol) para seguir la dieta. Es necesario curar el "Cerebro de Gordo" para seguir un estilo de vida sano. Revisa este video: http://www.niunadietamas.com/blog/?p=1234
Un abrazo
Dr Salomon Jakubowicz