
El mundo hispano de los Estados Unidos se quedó impactado hace sólo horas, cuando una revista de espectáculos publicó una serie de fotos del Padre Alberto Cutié, besándose y acariciándose con una mujer en diversos sitios públicos. Es una imagen opuesta a la del sacerdote católico que todos conocemos, quien además tiene una exitosa carrera en los medios de comunicación del continente americano.
Sin embargo, la sorpresa es menor cuando vemos las declaraciones que el Padre Alberto le dio a la prensa hace poco, donde muestra su desacuerdo con el celibato. Recuerdo además haber conversado con él en mi programa de radio sobre la necesidad de la iglesia católica de adaptase a los nuevos tiempos.
En la vida todos los secretos salen tarde o temprano a la luz. Lo interesante es que muchos secretos se hacen públicos a manos de la misma persona que los guardaba, porque, en mi opinión, el subconsciente es más poderoso que nuestra conciencia. Las fuerzas que nos dominan por dentro, que muestran en realidad quiénes somos, siempre se imponen. Por supuesto que esto no ocurrió de la forma en la que el Padre Alberto lo hubiese querido, pero finalmente lo liberó de una cuerda que lo amarraba, a través de una tijera que podemos llamar “la verdad”.
Es por eso que la lección que creo que todos podemos encontrar en esta experiencia es muy poderosa: seamos fieles a quienes somos. Expresemos nuestros sentimientos y nuestra verdad. Si esto requiere un cambio radical en nuestras vidas, preparemos el camino poco a poco para enfrentarlo, haciendo el menor daño posible.
Una de las cosas que el Padre “Tocayo” – como yo le digo – me enseñó un día en mi programa fue el significado de la palabra “compasión”, que quiere decir “compartir el sentimiento de la otra persona”. Creo que eso es lo mejor que podemos sentir todos en este momento hacia él. Entendamos cómo puede estarse sintiendo y enviémosle toda nuestra buena energía, porque después de esta crisis va a llegar a su vida una nueva etapa de éxitos, en la cual seguramente se va a sentir todavía más cerca de Dios.
Alberto Sardiñas
2 comentarios:
Hola Alberto, leí los comentarios en la entrada anterior. Primero me llamó la atención que la mayoría de los comentarios fueran anónimos, solo unos pocos con perfil identificado -y que curiosamente, son los que apoyan positivamente al Padre-. Lo cual me hace reflexionar sobre el poder del anonimato para destruir a otra persona (digo "destruir" antojosamente, porque no creo que esos comentarios anónimos lo hagan...).
Es muy fácil juzgar sin conocer la totalidad de los hechos y circunstancias. Es decir, no creo que sea el mismo caso del "cura-presidente" Lugo en Paraguay, ni que sea un acto morboso de desviación sexual como sugirieron varios anónimos. Creo que fue una falla, sí, no ser consecuente con el sacerdocio que él representa, que es célibe, y además ofrece posibilidades como el diaconato para quienes quieren servir a Dios y formar familia dentro de ello. Digo, Puedes no estar de acuerdo con el celibato, puedes luchar para que cambie pero mientras tanto debes representarlo o buscar otras opciones para estar bien contigo mismo.
No creo que sea una traición a quienes lo respetamos mediáticamente. Es su vida, es su error particular, lo admitió, y saldrá bien de eso. No creo que deba destruirse su carrera, si su relación -más allá de la falta a la norma sacerdotal- es sincera y honesta entre ellos, y no una sinvergüenzura promiscua, como otros casos.
Un abrazo.
Alberto, entiendo y comparto la premisa de ser fieles a quienes somos y de expresar nuestra verdad...pero que dificil, cuando esa verdad implica hacer daño...entonces pasa que mientras te preparas para decir tu verdad tu vida sigue el rumbo elegido y esperas que "milagrosamente" todo se resuleva sin mayores consecuencias. Apoyo al Padre Alberto y lo siento cercano porque ya no lo veo como el ser inmaculado, incorrupto, blanco, puro...resulta que es tan humano como yo, tan pecador como cualquiera...en pocas palabras real, con defectos, errores cometidos, rollos existenciales, etc, etc. La leccion es para el porque creo que nadie aprende por cabeza ajena...pero si es un alerta para todos los que en algun momento nos hemos encontrado en una sitiuacion similar.
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